11 de julio de 2018

Mis amigos y mis amigas,

Ha llegado la hora de todos los demócratas comprometidos por la defensa del Estado Democrático de Derecho repudiaren las maniobras de las cuales sigo siendo victima, de manera que prevalezca la Constitución y no los artificios de aquellos que la faltan al respeto por miedo de las noticias en la televisión.

La única cosa que yo quiero es que la Fuerza Tarea de la Operación Lava Jato, compuesta por la Policía Federal, por el Ministerio Público, por el juez Sérgio Moro y por el Tribunal Regional de la Cuarta Región (TRF-4), demuestren delante de la sociedad una suela prueba que yo cometí algún delito. No basta la palabra de un delator, ni la convicción en una presentación de Power Point. Si hubiese imparcialidad y seriedad en su juicio, el proceso no necesitaría tener miles y miles de páginas, porque bastaría con mostrar un solo documento que probase que soy el propietario del dicho inmueble en el Guarujá. Basados en una mentira publicada por el periódico O Globo, que me atribuye la propiedad de un departamento en Guarujá, la Polícia Federal, reproduciendo la misma mentira, y, por fin, el juez Sérgio Moro, siempre fundamentándose en la mentira nunca probada, me condenó. El Tribunal Federal de la Cuarta Región, dando proseguimiento al enredo iniciado con una mentira, confirmó mi condena.

Todo eso me lleva a creer que ya no hay motivos para creer que tendré Justicia,  pues lo que veo ahora, en el comportamiento público de algunos ministros de nuestra Suprema Corte, es la simple reproducción de lo que ha pasado en la primera y segunda instancia del juicio.

Primero, el Ministro Eduardo Fachin ha retirado de la agenda de la Segundo Grupo del Supremo Tribunal Federal el juicio del habeas corpus que podría evitar mi prisión y lo ha remetido al Plenario. Esta maniobra que la Segunda Grupo, la cual tiene posición mayoritaria en contra de la prisión antes de agotados todos los recursos legales ya conocido por todos, pudiese votar por la concesión de un habeas corpus. Esto se ha demostrado en el juicio de otra habeas corpus que ocurrió en el Plenario, en la cual 4 de los 5 ministros de la Segunda Grupo han votado por la concesión de esta orden.

En seguida, en la medida cautelar en la cual ha postulado mi defesa el efecto suspensivo al recurso extraordinario, para ponerme en libertad, el mismo Ministro ha decidido llevar el proceso directamente a la Segunda Grupo, habiendo sido pautado el juicio para el día 26 de Junio. La cuestión puesta por esta medida cautelar nunca ha sido apreciada por el Plenario o por el Grupo, porque lo que es discutida en ella es si las razones de mi recurso pueden justificar la suspensión de los efectos de la decisión del TRF-4, para que yo pueda responder a mi proceso en libertad.

Asimismo, en el apagar de las luces del viernes 22 de junio, pocos minutos después de haber sido publicada la decisión del TRF-4 denegando el seguimiento de mi recurso (lo que ocurrió a las 19h05), como si hubiese sido armada una trampa, la medida cautelar fue dada como perjudicada y el proceso extinguido, artificio que, una vez mas, evitó que mi caso fuese juzgado por el órgano judicial competente (decisión promulgada a las 19h40m).

Mi defensa apeló de la decisión del TRF-4 y también de la decisión que extinguió el proceso cautelar. Entretanto, sorprendentemente, una vez más el relator envió el juicio de ese recurso directamente al Plenario. Con esta maniobra, fue substraída una vez más, la competencia natural al órgano a quien se debía el juicio de mi caso. Como se demostró en la sesión del día 26 de junio, que es posible la concesión del efecto suspensivo a recurso extraordinario interpuesto en situación semejante al mío. Las maniobras lograran su verdadero objetivo: mi pedido de libertad no fue juzgado.

Me toca preguntar: porque el relator, en un primer momento, remetió el juicio cautelar directamente al Segundo Grupo, y, luego en seguida, envió para el Plenário el juicio del agravo regimental, que por ley debe ser apreciado por el mismo colegiado competente para juzgar el recurso?

Las decisiones unipersonales están siendo usadas para la elección del colegiado que al momento parezca ser más conveniente, como si hubiese algún compromiso con el resultado del juicio. Son concebidas como estrategia procesual y no como instrumento de Justicia. Tal comportamiento, además de privarme de la garantía del Juez natural, es concebible solamente para acusadores y defensores, pero totalmente inapropiada para un magistrado, que la función demanda imparcialidad y distanciamiento de la arena política.

No estoy pidiendo ningún favor, estoy demandando respeto.

Al largo de mi vida, y ya cuento mis 72 años, yo creí y propagué que tarde o temprano siempre prevalece la Justicia para las personas quienes son víctimas de la irresponsabilidad de las falsas acusaciones. Con más razón en mi caso, en el cual son falsas las acusaciones que han sido corroboradas solamente por delatores que confesaran haber robado, que están condenados a decenas de años en la cárcel y que en un desesperada búsqueda del beneplácitos de las delaciones, por medio de las cuales obtienen libertad, la posesión y la conservación de parte del dinero que han robado. Personas que podrían acusar sus propias madres para obtener estos beneficios.

Es dramática y cruel la duda entre seguir creyendo que pueda haber Justicia y la rehúsa en participar de una farsa. Si no quieren que yo sea Presidente, la manera más simple de lograrlo es tener el coraje de practicar la democracia y derrotarme en las urnas.

Yo no cometí ningún delito. Repito: yo no cometí ningún delito. Por esto, hasta que presenten por lo menos una prueba material que manche mi inocencia, soy candidato a Presidente de la República. Desafío mis acusadores a presentar esta prueba hasta el día de 15 de Agosto del presente año, cuando mi candidatura será registrada en la Justicia Electoral.

Curitiba, 3 de julio de 2018

Luiz Inácio Lula da Silva