24 de julio de 2020
Foto: reproducción/ Agência Pública

El sitio Agência Pública, a través de su editora Natalia Viana, en alianza con el sitio The Intercept Brasil, llevaron adelante una minuciosa investigación en la que revelan el importante papel que tuvo Estados Unidos, a través de su Departamento de Justicia (DOJ) y del FBI, en el Lava Jato, usualmente considerada la mayor investigación contra la corrupción en la historia de Brasil y de América Latina.

El Lava Jato, cabe recordar, tuvo como protagonistas estelares a la constructora brasileña Odebrecht, a la petrolera Petrobras, al juez Sergio Moro y al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Además, sirvió de marco para la destitución de Dilma Rousseff (2016), el encarcelamiento de Lula (2018) y finalmente, el triunfo electoral de Jair Bolsonaro (2018), actual presidente de Brasil y que hizo de la lucha contra la corrupción uno de sus grandes ejes de campaña.

La investigación contiene muchos hallazgos. El más importante, sin dudas, es que quienes condujeron en Brasil el Lava Jato firmaron un acuerdo de cooperación ilegal con el FBI en 2014 -durante la presidencia de Dilma-, que se extendió hasta 2016. Por ser ilegal, el acuerdo fue ocultado a las autoridades federales. El convenio permitió que los agentes del FBI tuvieran acceso sin restricciones a datos e información clave de la investigación judicial. Otro dato por demás interesante: entre los fiscales brasileños y los agentes norteamericanos existieron conversaciones para repartirse el monto de las multas impuestas a Petrobras, en castigo por los actos de corrupción de la firma.

La semana pasada, el Partido de los Trabajadores (PT) denunció en la Fiscalía de Brasil el acuerdo de cooperación. Los abogados Eugênio Aragão y Ângelo Ferraro, del PT, señalaron que los fiscales del Lava Jato actuaron ilegalmente, desobedeciendo al Ministerio de Justicia, para promover un proceso penal y selectivo contra el expresidente Lula.

Ya en junio pasado, el sitio Intercept Brasil había publicado conversaciones privadas entre agentes públicos que participaron en la operación Lava Jato, que mostraron la parcialidad de la investigación, direccionada contra el PT y destinada, fundamentalmente, a encarcelar a Lula.

La periodista Viana recuerda un dato clave para comprender la dinámica de estos procesos: la actual jefa de la Unidad Internacional de Corrupción del FBI, Leslie Backshies, reconoció públicamente la participación de su entidad en el derrocamiento de gobiernos que no se mostraban sumisos y que obstruían los intereses norteamericanos.

A continuación, reproducimos los fragmentos más importantes del trabajo de investigación de Agência Pública y de The Intercep Brasil.

1) Comunicaciones previas
Desde al menos 2015, ya había comunicaciones entre el Departamento de Justicia y Deltan Dallagnol, procurador del Ministerio Público Federal de Brasil. En febrero de ese año, por ejemplo, el Fiscal General de Brasil Rodrigo Janot viajó a Estados Unidos, acompañado por Dallagnol y otros fiscales para presentar las investigaciones sobre el Lava Jato y discutir un acuerdo de cooperación judicial con ese país.

2) Vínculos con el FBI
George “Ren” McEchern, entonces jefe de la Unidad Internacional de Corrupción del FBI, dijo que el FBI comenzó a “buscar países que pudieran invitar a sus agentes a analizar investigaciones de corrupción que tienen una conexión con los Estados Unidos”, en 2014.

En ese marco, en octubre de 2015, Dallagnol y sus colegas coordinaron una visita de fiscales del DOJ y agentes del FBI. Al respecto, el martes 5 de octubre de ese año, “una delegación de al menos 17 estadounidenses apareció en la capital de Paraná para hablar con miembros del Ministerio Público Fiscal y abogados de empresarios que estaban siendo investigados en Brasil. Entre ellos se encontraban fiscales estadounidenses vinculados al Departamento de Justicia (DOJ) y agentes del FBI (…) Todas las negociaciones tuvieron lugar en la sede del MPF en Curitiba. En cuatro días intensos de trabajo, recibieron explicaciones detalladas sobre los denunciantes de irregularidades como Alberto Youssef y Nestor Cerveró y mantuvieron reuniones con abogados de 16 denunciantes que habían firmado acuerdos entre finales de 2014 y mediados de 2015 a cambio de arresto domiciliario, incluidos los cambistas y ex Directores de Petrobras.

3) Ocultamiento
El grupo de trabajo Lava Jato ocultó a las autoridades gubernamentales esta visita de miembros del DOJ y del FBI.

El Ministerio de Justicia se enteró, sin embargo, de la visita estadounidense. Según un acuerdo bilateral, los actos de colaboración en asuntos judiciales entre Brasil y los Estados Unidos, (por ejemplo, solicitar pruebas como registros bancarios, realizar búsquedas e incautaciones, entrevistar a sospechosos o acusados y solicitar extradiciones) generalmente se realizan a través de una solicitud formal de colaboración conocida. como MLAT, que estipula que el Ministerio de Justicia debe ser el punto de contacto con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos. El procedimiento se establece mediante el Acuerdo de Asistencia Jurídica en Materia Penal, un tratado bilateral firmado en 1997. En ese momento, el ministerio estaba encabezado por el ministro José Eduardo Cardozo, bajo la presidencia de Dilma Rousseff (PT).

Eduardo Cardozo le dijo en ese momento a Agencia Pública: “La Policía Federal me advirtió que había un equipo estadounidense en Curitiba estableciendo un diálogo con las autoridades. La Policía Federal me preguntó si habíamos autorizado esto. No había escuchado nada al respecto”. Cardozo dijo que al consultarle al Fiscal General Rodrigo Janot, este le aseguró que era “una actividad con propósitos académicos”.

4) Evidencia “adicional”
Sin embargo, los documentos obtenidos por Intercept Brasil muestran que los agentes estadounidenses iban a Curitiba para “reunir evidencia adicional sobre el caso Petrobras” y “hablar con abogados sobre la cooperación de sus clientes con la investigación en curso en los Estados Unidos”.

El 12 de marzo de 2020, Intercept Brasil publicaba: “Los diálogos, analizados en asociación con la Agência Pública, muestran que el equipo dirigido por el abogado Deltan Dallagnol hizo todo lo posible para facilitar la investigación de los estadounidenses, hasta el punto de que pueden haber violado los tratados legales internacionales y la ley brasileña”.

5) Amenazas
Después de la visita, los fiscales sugirieron formas para que Estados Unidos eludiera a la Corte Suprema Federal para interrogar a los brasileños. Un mensaje de Telegram dice: “Ahora tenemos una manera de convencer a las empresas y a las personas para que revelen hechos: amenazan con informar a las” autoridades estadounidenses “sobre la corrupción y los crímenes internacionales (risas)”.

El abogado Orlando Martello redactó un correo electrónico a los estadounidenses en el que los alentó a realizar entrevistas con denunciantes directamente en los Estados Unidos. Así, no tendrían que obedecer las restricciones de la ley brasileña. Martello también ofreció “presionarlos para que vayan a Estados Unidos, especialmente a aquellos que no tienen problemas financieros, diciendo que esta es una buena oportunidad”.

6) El cuchillo y el queso en sus manos
Posteriormente, el Fiscal General se asustó cuando descubrió que los estadounidenses ya estaban interrogando a testigos del caso en los Estados Unidos. En este punto, Dallagnol le dice que es demasiado tarde: “Estados Unidos tiene el cuchillo y el queso en sus manos”, dice en un mensaje por Telegram, publicado por Intercept Brasil. En ese punto, sostiene Dallagnol, no había vuelta atrás: la investigación estadounidense era un hecho consumado.

7) Acuerdo de colaboración
Al año siguiente, los fiscales del DOJ y los agentes del FBI regresaron a Brasil para interrogar a los primeros denunciantes de Lava Jato. Esta vez vinieron con un acuerdo de colaboración judicial firmado (MLAT). En Río de Janeiro, escucharon a Nestor Cerveró y Paulo Roberto Costa durante 9 horas cada uno.

Durante esta visita, también pasaron por Curitiba, donde escucharon al cambista Alberto Yousseff durante seis horas.

8) Multa a Petrobras
En octubre de 2015, representantes del gobierno de Estados Unidos comenzaron a decir, en reuniones privadas, que estaban pensando en imponer una multa de 1.600 millones de dólares a Petrobras.

9) Repartirse lo recaudado por las multas
Desde 2015, los fiscales del Lava Jato hablaron sobre compartir una multa de Petrobras con los estadounidenses. Por ejemplo, durante la segunda visita de los norteamericanos, Dallagnol pareció complacido: “Ayer hablamos con ellos sobre el intercambio de activos (efectivo) de multas asociadas con las acciones contra Petrobras”, dijo en un mensaje por Telegram. Y agregó: “Y hay una perspectiva positiva en algunos de estos valores.

Los diálogos filtrados muestran que el intercambio de activos de Petrobras marcó la pauta para la cooperación bilateral con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos.

A lo largo de las negociaciones internas y bilaterales sobre la colaboración con el Departamento de Justicia en relación con Petrobras, el interés en obtener parte de la multa impuesta en los Estados Unidos siempre fue un punto determinante. A fines de 2015, por ejemplo, después del rápido avance de las negociaciones directas entre el Departamento de Justicia y los denunciantes, Dallagnol explica a Aras (fiscal del Ministerio Público) que tenía la intención de retrasar los interrogatorios directos de denuncias por parte de los estadounidenses para tener mejores condiciones para negociar el intercambio de valores. “La razón por la que nos hemos asegurado hasta ahora es porque todavía tenemos dudas sobre si les facilitaremos las cosas y porque queríamos negociar el tema del intercambio de activos”, dijo Dallagnol el 17 de diciembre.

10 ) Financiamiento de proyectos anticorrupción
A partir de ese momento, los fiscales brasileños discutieron la posibilidad de utilizar una parte de estas multas para administrar un fondo millonario, con el que apoyarían proyectos de lucha contra la corrupción.

Al mismo tiempo, Dallagnol y Roberson Pozzobom (Procurador, también integrante del Lava Jato) discutieron la apertura de una empresa para operar en el mismo campo: “¿Vamos a organizar convenciones y eventos y obtener una muestra de ellos, verdad?” Dallagnol le escribió a su esposa, en un mensaje por Telegram, también publicado por Intercept Brasil.

El País Digital